ACA NO ES 16 - TENEDORES DEL ZODIACO 7
"Acá no es" vuelve a ganar y se entusiasma con el grupete de arriba mientras que los "apóstoles del balonpie" desórbitados regalaron con risas los primeros 20 minutos de partido. Con eso, algo se gana. La organización pone a disposición la versión de los grandes de TZ en la que confirman nuevamente su relación con el supremo con hechos concretos:
Si por alguna extraña ley de los tiempos, podría determinarse que los primeros 20 mintos del partidos se anularan, el partido hubiese sido ganado por TZ por 7 a 6.
Si por alguna extraña ley de los tiempos, podría determinarse que los primeros 20 mintos del partidos se anularan, el partido hubiese sido ganado por TZ por 7 a 6.
Efectivamente, los jugadores visitantes (TZ) llegamos al estadio habiendo recien hecho eso que nunca hay que hacer antes de un partido. Llegamos al monumental predio de "open gallo" totalmente desorbitados, riendonos de cuaquier cosa. De repente siento una voz intimidante a mi espalda "alguno de uds es diego seoane?". el que hablaba era un hombre grandote. Yo me di vuelta, riendome, y comente en voz alta a mis compañeros "Uy, nos van a matar!".
Antes de entrar a la cancha, como buen capitan alenté a mis compañeros: "Se imaginan si nos hacen 10 goles de entrada?..." Y así sucedió. Todavía no terminaba de acostumbrarme a mis botines nuevos, que ya ibamos 10 goles abajo. Después nos acomodamos en la superficie, e hicimos un gol cada equipo hasta que un pelado con cara de referi de lucha libre anuncie que el partido había terminado.
Una conclusión para el futuro: nuestro punto debil es el arco. Tenemos la costumbre de que el arquero se de vuelta cada vez que patean a nuestro arco. Es el reflejo natural...
Ahora bien, un dato al margen del partido. Nosotros decimos que jugamos con Dios, y en Dios. Y quizas algunos se lo tomen en broma, otros no. Pero antes de que empiece el partido sucedio un hecho supranatural, que muchos no vieron, pero que es totalmente verídico. En la cancha de al lado, un hombre vestido de Papa alzaba los brazos, y dos monjes con tunicas negras se arrodillaban ante el. Y eso no fue lo unico: en la otra cancha, un equipo de rabinos jugaba con kipa y pantalon largo. Y el arquero tenia anteojos. Parecia un sueño, y en un momento pense si lo que estaba viendo no era producto de haber hecho eso que no se hace antes de jugar al futbol.
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